MILITARISMOS Y DEMOCRACIAS EN EL PERÚ
Por: Bellido LLique Mariana Gianella
Introducción
Al inicio de nuestra vida republicana (1821-1824) el país se encontraba en un estado de ingobernabilidad como indica el historiador Jorge Basadre. La clase política no podía controlar la situación que se les desbordaba: los militares que habían luchado las batallas decisivas poseían privilegios por encima de la población. Ya no era la situación de mestizos, criollos e indígenas bajo el dominio español sino más bien peruanos civiles enfrentados contra peruanos militares.
Sucesión de Gobiernos
La sociedad, configurada en clases muy marcadas y diferentes daban paso a un nuevo orden social. El de las armas. Así, los militares ostentaban el poder político, económico y social. El primer militarismo fue inicialmente un período donde los denominados caudillos militares tomaron el poder ya sea apoyándose en el pueblo que agradecido por haber logrado la independencia permitían que suban al poder o ya sea porque por la fuerza llegaban a la presidencia con golpes de estado. Demostrando con ello su autoritarismo. El caso emblemático ha sido el de Felipe Santiago Salaverry autoproclamado jefe supremo del Estado y el ejército siendo el presidente más joven en llegar a la presidencia con 28 años. Una vez en el poder Salaverry tomó medidas contra la nación de Bolivia. Con lo cual demostraría que estando en el poder la casta de los militares gobernarían de forma déspota y tiránica sin importar las necesidades de los ciudadanos. Del gobierno de Salaverry podemos sacar como conclusión que el uso de la fuerza de los militares para ser presidentes era la característica principal de los gobernantes.
Otro caso importante de los primeros presidentes militares a inicios de la República fue el de Agustín Gamarra. En tiempos de anarquía política él supo impedir por la fuerza más de veinte intentos de golpe de Estado.
La oposición al régimen de Gamarra y sus constantes arbitrariedades hicieron que el bando liberal (contrario a los militares conservadores) empezará a no ver con buenos ojos el gobierno del presidente Gamarra. Célebre es el famoso discurso del sacerdote tacneño Francisco de Paula Gonzáles Vigil el cual inicio con la frase "yo debo acusar, yo acuso" en su elocuente discurso denunciaba las ilegales medidas tomadas por parte de los militares contra los liberales y la población civil en general. Se empezaba a crear el dualismo entre militares y civiles que llegaría hasta tiempos de los Apristas y Sánchez -Cerro (1930-1933) y que como veremos será motivo de muchas luchas y enfrentamientos sangrientos.
El segundo militarismo trajo como consecuencia la derrota durante la Guerra del Pacífico (1879 - 1881) una doble problemática, por un lado, la anarquía ante la falta de liderazgo, Prado y Piérola dejaron sin dinero y gobierno al país, y por otro lado los Los militares intentaron reconstruir el país. En una época decadente para nuestro Perú ya que el gobierno chileno impuso fuertes sanciones a nuestra patria.
Una característica importante de dicha etapa fue la reconstrucción nacional por medio de apoyo económico de Inglaterra: la misma Inglaterra que había financiado a los chilenos ahora "ayudaba" a los peruanos a construir ferrocarriles, comerciar productos como el guano y salitre y firmar acuerdos como el contrato Grace que desbarató a los empresarios franceses Dreyfuss. Esto debido a que Francia e Inglaterra se encontraron en plena Paz Armada (1875 - 1914) enfrentados política y económicamente. Recordemos que el contrato Gibbs antes de la guerra significo un gran desarrollo comercial de la industria algodonera en Inglaterra ya que el guano era el fertilizante utilizado por ellos. Por eso, la Francia de los Dreyfuss dejaba sin apoyo comercial a los ingleses y posiblemente haya sido uno de muchos motivos para la "Guerra del salitre" entre chilenos y peruanos.
¿O cómo entonces se explica que Petit Thouars haya frenado el avance del general chileno Baquedano? ¿Lima acaso no poseía empresas francesas y capital de Francia en plena guerra?
También es importante mencionar a la figura de Nicolás de Piérola en esta etapa. Ya que apoyó por la burguesía chilena boicoteo la guerra. Y luego de que Cáceres decidió hacerse con el poder, le hizo golpe de estado y con ello pudo establecer las bases del régimen civilista conocido como la Oligarquía o República Aristocrática. Está etapa donde los civilistas llegarán al poder y favorecerán a hacendados y empresarios fue bastante corta. El gobierno de la Oligarquía civilista tuvo en Augusto B. Leguía su máximo representante, y en José Pardo y Barreda su mejor exponente. Recordando que fue Pardo y Barreda quien consolidó la educación obligatoria y gratuita en el Perú, así como la jornada laboral de ocho horas.
El Tercer Militarismo llegó luego de esta etapa fue el enfrentamiento entre Luis Miguel Sánchez Cerro y los apristas. El APRA representaba a los intereses de la población civil, la clase obrera (textiles Vitarte, el muelle dársena, etc.) y con ello formar parte del gobierno era prioridad en su agenda política. Sin embargo, el autoritarismo de Sánchez Cerro lo impidió. Cuando los apristas en Trujillo tomarán el control del cuartel O 'Dónovan y asesinaron militares dio inicio una serie de decisiones totalitarias del presidente fascista. El bombardeo y matanza en Trujillo inicio la represalia de los apristas. Los apristas rebeldes se entregaron o fueron capturados y ejecutados en la ciudadela de Chan Chan en 1932. Al año siguiente Abelardo Mendoza Leyva, militante aprista, ejecutaba al presidente Sánchez Cerro en el atentado en el hipódromo de Santa Beatriz (hoy Campo de Marte) y con ello dejaba en claro la histórica frase medieval de que "quien con espada mata, a espada muere".
Conclusiones
Al final, estás tres etapas conocidas como militarismo nos dejan como enseñanza que el autoritarismo dictatorial de los militares superó en muchos los intentos de que las instituciones democráticas y la democracia en sí se pueda realizar de forma adecuada en el país.
Ni los mismos "demócratas" civiles fueron partidarios de sus ideales ya que personajes como Nicolás de Piérola, los Apristas o Augusto B. Leguía cuando utilizaron el poder cayeron en los mismos errores de los militares ya que no pudieron demostrar ser diferentes. Quizás no usaron las armas para perpetuarse en el poder, pero si dejaron en claro que una vez dentro del gobierno podía crear dictaduras sin llamarse como tal. Y esto porque el pueblo peruano, o por lo menos la gran masa veía en los civiles un escape a los regímenes militares. Sin saber que los mismos civiles, salvo contadas excepciones eran capaces de utilizar a las masas con tal de obtener sus beneficios económicos y políticos.
Bibliografía
(F.G., Marca, comunicación personal, 29 de abril de 2024)
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